El siglo XX instaura lo que se denomina la lingüística moderna, cuyo fundador reconocido es sin lugar a dudas el lingüista suizo, nacido en Ginebra, Ferdinand de Saussure (1857-1913). Si bien pueden reconocerse líneas de continuidad con la lingüística del siglo XIX, la lingüística del siglo XX se caracteriza como “moderna” en razón de algunas convicciones salientes que la distinguen de la del siglo anterior y que debemos a la obra de F. de Saussure.
Esas convicciones son:
- la orientación descriptiva (no prescriptiva) de la lingüística;
- la prioridad de la lengua oral por sobre la escrita;
- la asunción de la importancia de todas las lenguas, independientemente del grado de desarrollo o poder de sus comunidades hablantes;
- la prioridad otorgada a la descripción sincrónica por sobre los estudios diacrónicos.
REFLEXIÓN
Saussure dice de la LENGUA que los signos de los que se compone no son abstracciones, sino objetos reales; esos signos y sus relaciones son los que estudia la lingüística, y se les puede llamar las entidades concretas de esta ciencia.
Para Saussure el campo de la lingüística está compuesto por todas las manifestaciones del lenguaje humano, todas las formas expresivas, sin discriminar entre “buenos” y “malos usos” y sin considerar el grado de civilización de sus hablantes. La tarea de la lingüística es por tanto realizar la descripción e historia de todas las lenguas, encontrar los principios generales de sus funcionamientos y, fundamentalmente, deslindarse y definirse ella misma.
La concepción de Saussure en cuanto al LENGUAJE: "un sistema de signos que expresan ideas", en el cual hay un significante y un significado; el significante referido a la forma de significar y el significado señala el concepto que esa forma evoca. Es decir que las ideas que un determinado conjunto de signos puede ser interpretado de diversas formas por los significantes, pero siempre va a haber un significado, que es el que el autor del conjunto de signos quiso expresar.
De otro lado, para Saussure, "el HABLA representa la realización o manifestación del significante y no el significante mismo; para ser más precisos, el habla se refiere a el uso de la lengua. La escritura representa la transcripción del habla". Entonces es en la escritura en donde se encuentran todos esos signos que expresan ideas y que desde Saussure éstos signos se pueden relacionar entre si mismos desde el significante o el significado. El habla sería la expresión e interpretación que da el significante y que puede relacionar determinados signos para formar otros.
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Este video es una forma de contextualizarse respecto a algunos pensadores de la época de Saussure
ASPECTOS RELEVANTES DE LENGUA Y HABLA DESDE SAUSSURE
"El Curso de Lingüística General no tiene nada que decir acerca de una
hermana real que esté en cuestión cuando la palabra “hermana” es pronunciada,
escrita o pensada; es decir, acerca de la conexión entre el signo y el
referente. Dicho modelo sólo tiene que ver con tres tipos de relaciones
sistemáticas: aquellas entre un significante y su significado; aquellas entre
un signo y todos los otros elementos de su sistema; y aquellas entre un signo y
los elementos alrededor de él en una instancia significante concreta.
A pesar de que Saussure describe como
“asociativas” las relaciones que un signo establece con todos los otros signos
en un mismo sistema, éstas se conocen hoy como relaciones “paradigmáticas”. Las
relaciones paradigmáticas pueden ser consideradas como una similitud entre dos
signos en un mismo sistema en el nivel del significante, en el nivel del
significado, o en ambos. Ejemplos lingüísticos de similitud en el nivel del
significante incluirían palabras con el mismo prefijo o sufijo, palabras que
riman, o palabras homónimas. Sinónimos y antónimos constituyen ejemplos
lingüísticos de similitud en el nivel del significado (dos palabras pueden
existir en una relación de antonimia sólo si hay un punto en común entre
ellas). Ejemplos lingüísticos de similitud tanto en el nivel del significante
como en el del significado son más difíciles de encontrar. Uno podría ser: educación e instrucción. Ambas palabras tienen el mismo sufijo, riman
(significante) y ambas significan escolaridad (significado). Saussure señala
que las relaciones paradigmáticas ocurren en un sistema y se sustentan en la
memoria, no en el discurso: “Ellas reposan en el cerebro; son parte del
repertorio que crea una lengua en cada usuario”.
Saussure se refiere a las relaciones que un
signo establece con los otros signos a su alrededor en una instancia
significante concreta como “sintagmáticas”. Estas relaciones sólo se realizan
en el discurso, y siempre involucran una proximidad formal. Las palabras en una
oración gozan de relaciones sintagmáticas, como los fotogramas de una película,
o las prendas del vestuario que se usan juntas. El Curso de Lingüística General trae la imagen de una cadena para
ilustrar la relación que los elementos de un “sintagma” o un racimo
sintagmático establecen entre ellos.
Otra de las relaciones fundamentales en el
Modelo semiótico de Saussure es la que se da entre lengua y habla. En los
términos de estas categorías, Saussure hace una distinción entre el sistema
lingüístico abstracto que preexiste a cualquier uso individual, y la
manipulación que se hace de ese sistema para producir usos específicos. Como en
el caso de los racimos paradigmáticos, la lengua encuentra su posición
solamente en la memoria: no tanto en la memoria individual, sino más bien en
una memoria cultural. Como apunta Saussure, “la lengua no se completa en ningún
hablante determinado; existe sólo en ámbitos de una colectividad”. El habla,
por su parte, posee una existencia individual y localizada. Se caracteriza por
ciertos rasgos “accidentales”, tales como el estilo o la entonación personales,
que no ocurren dentro del sistema, más estable y normativo, de la lengua."